
Can Tarranc fue una típica masía catalana -ahora ya centenaria- que se dedicaba al ganado y al cultivo de los huertos y de las viñas. Situada sobre una colina del barrio de San Daniel y rodeada de pinares, domina la zona y tiene vistas al mar. Esta es una zona privilegiada climatológicamente gracias a la bonanza que propicia la proximidad del Mediterráneo y la protección de la sierra litoral. Después de más de un siglo dedicada a la agricultura, pasó por varios propietarios y los años setenta la adquirió la familia Font, con lazos históricos con la villa de Blanes, que decide convertirla en restaurante y más tarde en espacio para eventos.